I CONGRESO
LATINOAMERICANO DE PSICOLOGÍA
II
ENCUENTRO BOLIVIANO DE PSICOLOGIA
"Rompiendo Paradigmas"
21, 22 y 23 de septiembre del 2008
Universidad Mayor de San Simón
Cochabamba -Bolivia
SALUD
COMUNITARIA:
MAMANI Víctor Hugo – ALARCÓN Mirtha Andrea
1. Introducción
Nuestra propuesta toma lineamientos de trabajo,
formulados por Donald Schön (1996) en el marco del pensamiento
crítico contemporáneo a las ciencias sociales y sus
prácticas profesionales técnicas-racionales, que a nuestro modo de ver están descomprometidas
con las problemáticas de los pueblos de América Latina en general y en nuestra
provincia en particular. Desde el Instituto de Tecnología de Cambridge,
Massachusetts, Donald Schön presenta un
posicionamiento y una original versión de una epistemología de las prácticas
reflexivas, describe claramente al conocimiento “aplicado” como
insuficiente para describir las zonas indeterminadas de nuestras
prácticas profesionales cotidianas.
Prácticas cotidianas que en muchos casos son
descalificadas como “no científicas o incompetentes”
desde parámetros estáticos y descontextualizados que
predominan en la ciencia aplicada. Más insuficientes son cuando
operan en la cultura de la vida cotidiana desde roles estáticos (Nuñez,
R, 2000) y no logran comprender- menos resolver- los problemas que afectan
a nuestros pueblos. Tampoco exploran en su operar comunitariamente, posiciones
dinámicas estratégicas para construir
dispositivos colaborativos o respuestas equivalentes con dichos problemas
Tomaremos algunas afirmaciones de Schön (1996),
de Ander Egg (2003), Bertucelli (2006) algunos trabajos
nuestros (Llobeta y Mamaní; 2007) todos orientados hacia un objetivo:
poner en debate a las ciencias sociales y sus prácticas profesionales, alejadas
de la cultura de la vida cotidiana.
Dentro de ese amplio debate,
nosotros incluiremos la situación que llamamos fetichismo
de la interdisciplina y de los equipos interdisciplinarios,
que en la última década, se fueron erigiendo como la panacea en el ámbito de
los proyectos sociocomunitarios. Y decimos esto, pues
creemos con profundo respeto a quienes no coinciden con nosotros,
que la interdisciplina, en muchos campos, aún es mero discurso y desafío.
Finalmente narraremos nuestra construcción conceptual
de los Equipos Interculturales, que
no emergen como especulaciones teórico-epistemológicas hechas en las
aulas sino de una estrategia teórico-metodológica[2]
desplegada en un espacio barrial concreto donde las problemáticas sociales
se entrecruzan (Dabas; 1993). Conceptualización que emerge de un escenario barrial donde
nuestro equipo interdisciplinario se
transformó en Equipo Intercultural,
integrando el saber cotidiano y prácticas culturales, al saber académico y sus
prácticas profesionales, todo en el terreno de la vida cotidiana y con una
concepción de cultura, cultura popular, salud integral y salud comunitaria. Construimos así,
junto a la gente y desde equipos
interculturales dispositivos equivalentes a los problemas que nos
afectaban, en el marco de la interculturalidad.
2. Sobre la situación
Hace muchas décadas atrás que nuestras comunidades han
llegado a depender fuertemente de los profesionales, hasta tal punto que la
conducción de los negocios, la industria, el gobierno, la educación, la salud y
la vida cotidiana serían impensables sin nosotros; los profesionales.
Pero también es cierto que hay signos de una creciente crisis de confianza en
los profesionales y en muchos casos vemos cómo profesionales se encuentran más
dispuestos a obtener beneficios personales, que beneficios sociales.
Conciben cada profesión como recurso o medio para lograr el propio bienestar y
no como servicio a la comunidad. Por otro lado los planes y programas diseñados
por profesionales para problemas
públicos, “van haciendo agua” con consecuencias
imprevistas, a veces peores que el problema que pretendían resolver. El
público, empezó a dudar de la pericia y la ética de los profesionales. (Schon;
1996)
Las profesiones, desde ámbitos públicos
gubernamentales y no gubernamentales parecen hoy incapaces de aliviar las
“crisis” rápidamente cambiantes, vinculadas con la vida urbana, el hambre y la
pobreza, la contaminación ambiental y la energía, la vivienda y el trabajo, la
educación y la salud para nombrar solo algunas, información que cotidianamente
los medios de comunicación se encargan de difundir.
En los ámbitos académicos, los
profesionales preocupados se dedican a investigar, obtener becas de
investigación y publicar en los journal
o revistas que se llaman científicas. Ser investigadores categorizados
proporciona status, “sirve para acreditar que uno construye
conocimiento” y quizás obtengan becas internacionales y
puedan salir del país, escapándole a los problemas de su pueblo.
La situación de investigador categorizado o una
maestría es útil para quien la obtiene, pues le permite concursar y
ganar cargos en los niveles superiores de las universidades, para obtener
cargos en las instituciones del estado provincial o nacional, para mantenerse
en el sistema. Como refiere Bertucelli (2006) “investigan y
obtienen maestrías mirando aeropuerto afuera no tierra adentro” Quienes
obtienen una maestría ausentándose un tiempo de su “lugar”,
no vuelven ala institución para construir dispositivos de trabajo
equivalentes con el problema que afecta a nuestros pueblos, vuelven a reclamar
una cuota de poder, un sillón, una jefatura desde donde mirar de lejos y
mandar, pues el que quiere ir a las zonas pantanosas ¡va! y el que no quiere
ir, ¡manda!.
Experiencia decepcionante para quienes intentamos
construir esta epistemología de la práctica, es participar de Seminarios
Internacionales (Paraná; 2007) donde representantes prestigiosos de
universidades nacionales (Uruguay, Brasil, Chile, Argentina:
Córdoba- La Plata- Rosario, Entre Ríos) debaten ¿qué núcleos investigativos deben priorizar para las Investigaciones de
Maestría?
Por un lado están quienes opinan que dichos núcleos o
ejes deben ser elegidos libremente por el maestrando o
postulante a la Maestría según su interés o según su
actividad laboral actual. También están quienes opinan que los ejes temáticos
deben ser impuestos desde las unidades académicas, que desde
diagnósticos aéreos o satelitales creen conocer las realidades de
nuestros pueblos. De un modo o de otro, en ambos casos no se citan
ni por aproximación o por casualidad: investigar lo que el pueblo
necesita que investiguemos, para estar a la altura de las circunstancias
problemáticas que los y nos afectan, ni a la altura de sus propias pautas de
ejercicio profesional.
No se visibiliza una investigación-transformación colaborativa con el pueblo como
alternativa para el campo académico, siempre investigaciones de profesionales
para las unidades académicas.
Ander Egg (2003) desde otro lugar pero en
la misma dirección de nuestro análisis se pregunta ¿Qué
papel juega la ciencia en general y las ciencias sociales en particular para el
desarrollo y el progreso de la humanidad?, en términos más
cotidianos ¿qué papel juegan las ciencias sociales, para mejorar la
situación de las personas concretas?. Las ciencias sociales y sus
prácticas, ¿han contribuido efectivamente y realmente a mejorar la
situación de los sectores populares y de los grupos marginados?, ¿Cómo
estamos con la pobreza, con la desnutrición en el mundo, con los pueblos
originarios, con la contaminación, con la salud pública?
Siempre el discurso fue que las ciencias y tecnologías
sociales sean verdaderos instrumentos de liberación humana. Que
efectivamente estén al alcance y al servicio de los pueblos que luchan por la
liberación y de las personas concretas que quieren vivir más humanamente. La experiencia vivida en nuestro continente, desde la
aparición de las ciencias sociales, revela de manera trágica que no existe un
verdadero correlato entre el desarrollo de las ciencias, en lo que hace a su
capacidad de explicar, comprender los fenómenos y un verdadero y constatable mejoramiento
de las condiciones de vida de la gran mayoría (Klisberg 2002). Por
el contrario en los últimos 5 años consideramos que la situación en general ha
empeorado en el país y en nuestra provincia. (Llobeta y
Mamaní; 2007). La experiencia también demuestra que existen recursos
asignados anualmente a Latinoamérica, a nuestro país, desde organismos
internacionales (Banco Mundial, BID, etc.,), y específicamente a nuestra
provincia. Este año escuché decir muchas veces a técnicos de niveles
centrales y llamados “superiores” “plata hay, baja guita de
nación”.
Entonces lo que es escaso y debemos tomar
seria nota de esto, son los resultados en lo atinente a la capacidad operativa
de transformación de estas condiciones de vida de nuestros pueblos, por parte
de las profesiones involucradas y de los equipos interdisciplinarios. Es más, a
diario acudimos como testigos privilegiados a prácticas profesionales
generadoras de “yatrogenia cultural” (Cardozo; 1990)
3. Los Equipos Interdisciplinarios en Salud Comunitaria
A modo de “elucidación crítica” [3] (Fernández,
a, 2002; 18) intentaremos responder, ¿de qué
hablamos cuando hablamos de equipos interdisciplinarios?
La definición de
equipo que nos propone la Real Academia Española, es
limitativa y elitista, dice así: "Grupo de personas, profesionales
o científicas, organizadas para una investigación o servicio determinado". De
acuerdo con esta definición, pareciera, que sólo los
profesionales de distintas áreas disciplinares y los
llamados científicos, podemos constituir un equipo, que al estar integrado por diversas
disciplinas podría llamarse multidisciplinar. En este sentido
decimos, que no necesariamente hay que integrarlo con profesionales y técnicos,
sino también por quienes nos dan sentido como profesionales comunitarios: los
vecinos, el pueblo, su saber popular.
Y aquí, en esta mirada, no encaja la definición enunciada anteriormente. Por
ello, la definición de la Academia es elitista, incluye a
algunos y excluye al pueblo.
Cabe advertir que en otros diccionarios no se alude a
profesionales o científicos y acorde con nuestra enfoque adoptamos la
definición propuesta por Ander Egg, y Aguilar(1997; 11-12) "...conjunto
de personas con capacidades operativas, de cara al logro de determinados
objetivos y a la realización de actividades orientadas a la consecución de los
mismos. El trabajo individual y colectivo se realiza con un espíritu de
complementación, mediante una adecuada coordinación y articulación de tareas, y
un clima de respeto y confianza mutua, altamente satisfactorio"
Hasta aquí presentamos, nuestra posición y
lo que entendemos por equipo, salvando la posibilidad de que no solo sean
profesionales y técnicos sus integrantes. De algún modo vamos
perfilando lo que más adelante abordaremos detalladamente como equipos
interculturales.
4.
Multidisciplina, Interdisciplina y Transdisciplina
La crisis de los paradigmas afecta indudablemente a
las disciplinas y la clásica división entre ellas. El estudio y comprensión de
un conjunto de fenómenos específicos, configura una disciplina científica, y el
conjunto de ellas integra la ciencia como unidad. Como consecuencia del enfoque
analítico de los problemas-hechos y de la división del trabajo, el conocimiento
científico ha tendido cada vez más a la especialización, a escindir la parte
del todo, prescindiendo de este.
Entendemos con Kisnerman (1998) que no existen muros
entre las disciplinas, ya que sus conocimientos se interpenetran, se
interconectan. Si el interés de la ciencia es el conocimiento de la realidad y
el mundo de las acciones humanas concretas, el resultado de las disciplinas
particulares no logra satisfacerlo. Vilfredo Pareto (1848
-1923) comprobó que un mismo hecho podía ser observad
desde distintos esquemas teóricos, Karl Mannheim (1893-1947), propugnó una
convergencia de conocimientos, al comprobar que entre los objetos formales y
los fácticos existen múltiples conexiones.
Más que de convergencia de epistemologías y
conocimientos, hay que hablar de un enfoque pluralista, el que legitima
atravesamientos disciplinarios. Como señaló Ana María Fernandez
(1992; 139) la convergencia, tiende a romper con el reduccionismo,
articulando diferentes disciplinas y enfoques…” [4], “las fronteras disciplinares son siempre
artificiosas”. Vamos a repasar lo que es multidisciplina, interdisciplina y
transdisciplina, según Kisnerman. (1998)
Multidisciplina o
pluridisciplina: supone un conjunto de disciplinas, estudiando
diferentes aspectos de un mismo objeto y/o cooperando en su abordaje, desde
cada disciplina. No presentan en este abordaje, posibilidad alguna de
modificaciones en sus estructuras teóricas.
Interdisciplina: articula
dos o más disciplinas en un equipo de trabajo, con un código y una metodología
compartida. En algunos casos, llegan a fundirse y configurar un nuevo cuerpo
teórico, como puede ser el caso de la
bioquímica, o psicología social de Pichón Riviere. El
abordar de esta manera un objeto en la práctica profesional anticipa nuevas y
más fructíferas perspectivas tanto a la acción, como a la producción de
conocimientos y la enseñanza. La integración se va haciendo a través
de las preguntas que una disciplina le hace a la otra para operar en una
situación concreta, tratando de superar comprensiones fragmentarias. La
heterarquía entre ellas, además de integrar saberes, reduce el imperialismo o
hegemonía intelectual de algunas disciplinas.
Transdisciplina: como
metadisciplina, aquello que está más allá de las disciplinas tiene sentido de
globalidad, de fecundación mutua, de unidad en las relaciones y
acciones, de interpretación de saberes. Y de ese intercambio surge una nueva
disciplina, un enfoque nuevo para abordar una realidad de trabajo. Valgan como
ejemplos: la Teoría General de los Sistemas, el Contructivismo y el
Construccionismo Social. Según Elena
Lucca los momentos de construcción para la interdisciplina y la
transdisciplina son:
1.MOMENTO: hay intervenciones desde el lugar de la propia disciplina, escasa capacidad de escucha a los aportes de otras disciplinas.
2.MOMENTO: construcción de un
nudo relacional afectivo, de respeto y aceptación, emergen los momentos
de “apertura”, de la escucha respetuosa de los aportes de cada
disciplina. A medida que esta “apertura a la escucha” va
creciendo, surgen las primeras crisis al ponerse en juego los propios
pensamientos, conocimientos o sentimientos sobre los temas que se abordan.
3.MOMENTO: en ese nudo relacional
emerge una crisis epistemológica generalizada. Se cuestionan internamente los
saberes y externamente para contrarrestar la pérdida de seguridad.
4. MOMENTO: sobreviene una
confusión de cómo encarar los problemas-objeto del grupo interdisciplinario y
aparece aquí, una de las primeras reglas de la interdisciplina: el silencio
ante la pregunta frontal.
5.MOMENTO: aparecen formas de ir
tejiendo la visión y modos de operar sobre el objeto -problema desde los
distintos ángulos, observando y siendo testigos privilegiados; los
matices que toma el objeto desde las distintas miradas.
6. MOMENTO: se entrega el dominio
de la comprensión del objeto- problema a la revisión conjunta. Es el primer
momento interdisciplinar. La práctica constante de esta instancia nos puede
llevar a la interdisciplina.
7. MOMENTO: el ejercicio de una
mirada multifocal permite ampliar la conciencia incorporando “una
visión organizada-ampliada”, concertada, transdisciplinar”.
Creemos importante que el diálogo interdisciplinar
implica no contestar las preguntas que vienen de la otra disciplina, desde la
propia disciplina. Hay que hablar desde lo que la situación provoca o sugiere[5].
En general, las transdisciplinas, desarrollan la
investigación cualitativa y el análisis del discurso, así como enfocan
situaciones específicas de la vida cotidiana en micro realidades.
Consideramos que una disciplina avanza cuando abandona
las teorías tradicionales y las trasciende, mediante la reflexión crítica
y la acción creativa, construyendo nuevas teorías y realizando nuevas
prácticas, acordes al tiempo en que le toca desarrollar su quehacer. Esta
operación es lo que lleva a re-situar a las disciplinas en un nuevo
tiempo.
Hasta aquí la descripción del proceso de llegar a
la “experiencia cumbre” diría. Maslow de los equipos, de
construir interdisciplina. Interdisciplina como una ilusión y un
desafío, con profesionales cautivos, atrapados en esa propia encerrona
trágica, de la que hablara Ulloa. Interdisciplina que sigue dejando al
márgen a la cultura popular, el saber cotidiano y las
prácticas culturales. Trabajo comunitario, barrial, vecinal o como quieran
llamarlo, sin los vecinos. Y si es con los vecinos, éstos deberán participar de
proyectos institucionales gestados desde equipos de gabinetes, encerrados en
sus oficinas.
Esta Interdisciplina de la que hablamos, si
bien es una superación de las miradas disciplinares reduccionistas, y de la
misma multidisciplina, desde de nuestro análisis (Schön, 1996, Ander
Egg,2003, Bertucelli, 2006, Llobeta-Mamaní, 2007), aún
parece estar fuera de sintonía con las exigencias de
estos tiempos, de nuestros pueblos.
5. Cultura, cultura popular, práctica cultural,
saber cotidiano
Cuando hablamos de cultura tomamos el
pensamiento de Rodolfo Kusch, como domicilio o suelo y cuya gravidez permite al
hombre hallar su lugar y actitud de vida en el desenvolverse de su “estar
– siendo”. Kusch entiende a la cultura como búsqueda de definición
ontológica, en relación directa y fundante con la esencia humana. Kusch nos
habla de un domicilio existencial, “zona de habitualidad” desde
cuyo reconocimiento es posible, dar sentido a la propia vida y al mundo en que
se está-siendo, transformarlo y reconocerse diferente a los otros.
Este sentido de la existencia es construido socialmente y
permite “hacer frente a lo extraño, a la indigencia y al desamparo, por
la significatividad que desde él, se otorga al mundo, por
ello cultura, nos remite siempre a la creación de un sujeto social en tanto es
la comunidad la que le otorga significación y validéz. La red simbólica tejida
por la cultura hace posible la protección de la indigencia del puro
existir. También Kusch la ve como modo de cultivo, que posibilita
crecer con otros. Entendida como “acción y decisión” que se
ejercen en la cotidianidad, implica la esforzada construcción y
reconocimiento de una identidad vinculada con la
ineludible y permanente intersección entre lo convencionalmente
determinado y lo indeterminado, lo que abre el juego con lo sagrado,
lo trascendente. De ahí el carácter dinámico de la cultura,
que requiere interactuar con los símbolos, los que jamás clausuran,
sino abren – a través de analogía – su riqueza ambigua (polisemia), que se
patentiza en la cotidianeidad. (Rubinelli, 2001; 126)
Por cultura popular, entendemos
que “es la cultura de los de abajo, fabricada por ellos mismos en
respuesta a sus propias necesidades…Es una cultura solidaria, pues sus productores
y consumidores son los mismos individuos que la crean y ejercen. La cultura
popular emerge de la interacción directa de los hombres del pueblo y en
respuesta a sus necesidades vitales. Por ello implica además la existencia de
un complejo sistema de símbolos de identidad que el pueblo preserva y crea”
En tiempos de crisis, de desocupación y de exclusión
social, cuando el pensamiento llamado nacional y popular parece entrar en un
ocaso, en la cultura popular anida esa capacidad de resistencia y esa
creatividad para volver al protagonismo que distingue al pueblo-pueblo,
argentino y latinoamericano”
La cultura popular es un universo
simbólico que a partir de códigos y creatividad propias, define
contenidos éticos, políticos, sociales y prácticas sustantivas que se traducen
en estrategias de supervivencia, formas organizativas, desarrollo y
conformación de movimientos sociales” (Eroles y Otros;2005;44-46)
Práctica cultural: lo que
ancestralmente viene trayendo nuestro pueblo, como raigal acumulado y sedimentado
de generación en generación, e historia que a le vez condensa la construcción
política- social” (Gagneten, en Eroles y Otros;2004)
La cultura popular es por otra parte, inseparable de
las condiciones concretas de la vida cotidiana actual, por lo que en la cultura
popular se estructura lo que ha dado en llamarse “la resistencia”. Así, la cultura
popular se construye desde una dimensión histórica.
Saber cotidiano: es el saber que los
sujetos internalizan y externalizan en su vida cotidiana, en su
interacción social incorporan y desechan conocimientos, en tiempos y
espacios cambiantes. Estos saberes direccionan sus prácticas y les permiten
desenvolverse en su medio. A partir de dicho saber los sujetos saben
qué hacer, cómo hacer, cuando y con qué hacer en circunstancias particulares.
Se trata de un saber instrumental que se valida en la práctica cotidiana, es la
verdad cotidiana. Este saber se transmite de generación en generación, es
transmisible y resignificado permanentemente, añadiéndole nuevos matices.
Este saber es pragmático pues adquiere sentido en la
medida que se vincula a la resolución de problemas cotidianos. A nivel de su
validez no necesitan justificaciones, ellas de por sí, son
verdades. (Rozas Pagaza; 1999)
Interculturalidad
Elegimos para trabajar, hace 6 años ya, el
construccionismo social como enfoque epistemológico
transdisciplinario, (Kisnerman; 1998) que propone una ética de las
intervenciones profesionales, basados fundamentalmente en el reconocimiento y
respeto de la existencia de una realidad multicultural objetiva, que tiende a
construir la interculturalidad. Tomamos la interculturalidad, como una
construcción entre culturas… no la simple coexistencia de culturas diferentes,
sino la convivencia de éstas en sus diferencias y
puntos comunes, de los aportes mutuos, del intercambio, del
aprendizaje constante en el saber con otros. Esa convivencia y aprendizajes
sólo es posible desde la vivencia compartida de la vida cotidiana de
los pueblos, como refiere Guerrero Arias (1999) “la
interculturalidad sólo será posible desde la insurgencia de la ternura” y
según Gardenia Chavez (1999) “es una propuesta de ese
relacionamiento entre culturas, hacia la consecución de la equidad entre éstas,
del desarrollo de un equilibrio dinámico entre diferentes tensiones y renovar
las concepciones y comportamientos donde se articule lo universal y lo
particular”
Concebimos la interculturalidad como proyecto político
que implica la deconstrucción de los paradigmas homogeneizantes impuestos por
la sociedad occidental y la valoración de la diversidad como riqueza, al mismo
tiempo que la igualdad de todos los seres humanos. Ello implica planificar y
ejecutar proyectos compartidos, desde relaciones heterárquicas, donde el poder
rote, donde sus miembros según la situación sean “figura” o sean “fondo” y
desde es lugar cada uno desarrolle su saber académico o saber cotidiano desde y
en sus "prácticas culturales”
6. Salud, Salud Comunitaria y Equipos
Interculturales
Antes de ocuparnos de los equipos interculturales en
el campo de la salud comunitaria, vamos a tomar posicionamiento sobre lo que
entendemos por salud y salud comunitaria.
Salud
El concepto biomédico hizo crisis, se ha generalizado
un nuevo paradigma que considera la salud como un concepto holístico positivo,
que integra todas las características del bienestar humano, y que
además concilia dos dimensiones fundamentales y son:
a) la satisfacción
de las llamadas necesidades básicas
b) y el derecho a
otras aspiraciones que todo ser humano y grupo desea poseer.
Es decir que además de tener donde vivir, qué comer,
donde acudir si se esta enfermo y contar con trabajo remunerado, también
necesita acceder a otros componentes de la salud, tales como los derechos
humanos, la paz , la justicia, las opciones de vida digna, la calidad de esa
vida, la posibilidad de crear, de innovar, de sentir placer, acceso al arte y
la cultura, en fin de llegar a una vejez sin discapacidades y con plena
capacidad para continuar disfrutando la vida hasta que el ciclo vital termine.
No se puede separar este nuevo concepto de salud de la
búsqueda de una práctica más comprometida con las necesidades y aspiraciones de
la gente, y ello es ciertamente un objetivo central de quienes integramos
equipos de salud, ya no es solo poner y disponer de atención a la enfermedad,
sino implica muchas otras cosas, por lo tanto, la cobertura y acceso a los servicios
de salud no puede ser más las “meta” de la salud pública. (RESTREPO –
MÁLAGA, 2001; 24, 25)
Desde esta perspectiva la salud es una
construcción social, representan entonces, nuestra concepción de
salud, las siguientes conceptualizaciones:
a) Concebimos la salud como un valor
primordial de personas, grupos o comunidades, quienes tienen las
capacidades de desarrollar estrategias de vida, que a través de la
autorresponsabilidad y el autocuidado se permitan transformaciones personales y
sociales importantes.
b) También adherimos a la definición
de Weinstein, L, quién refiere a la salud como el conjunto
de capacidades biopsicosociales,[6] (a
las que agregamos culturales-espirituales) de una persona, grupo o
comunidad. (GAGGERO, Daniel. 2003; 2- 4)
c) Es también para nosotros la
salud es un complejo proceso, cuya promoción y cuidado requiere del
protagonismo de las personas grupos y comunidades, incluyendo la participación
del Equipo Primario de Salud cada cual con sus contribuciones específicas y que
en conjunto ofrecen un servicio que se requiere en los diversos sectores
poblacionales.
“La salud es un proceso social
dinámico y variable de bienestar físico, psíquico y social, que
puede conllevar una cierta proporción de “mala salud”, no objetivada
ni percibida; este proceso es multicausal y se genera en las estructuras
económico – sociales y se distribuye socialmente en la población; el mecanismo
individual es biológico –ecológico. (Interacción entre el organismo humano y su
ambiente social y ecológico)
Salud Comunitaria
Entre las estrategias diseñadas para abordar los
problemas de salud en un nivel primario y extender la cobertura de la atención
para disminuir la morbimortalidad, la Atención Primaria en Salud y
la Participación Comunitaria se han constituido, desde muchos años atrás, en
una directriz emanada de los organismos internacionales (OPS/OMS) y adoptada
por todos los países.
Sin embargo, tanto la salud comunitaria como la
participación pueden ser abordadas desde diversas dimensiones. Citaremos tres:
-Salud
Comunitaria como condición de salud de un conjunto poblacional: se trata
de orientar el abordaje hacia condiciones positivas de la salud, es decir,
se habla de salud no de mala salud o enfermedad.
Supone la conservación de la naturaleza, la salud del
ambiente (patrulla de recolección de residuos integrada por niños,
jóvenes, madres y equipo intercultural), la disponibilidad de una vivienda
digna (Programa Mejor Vivir, Un Lote para Cada Familia Jujeña. IVUJ, etc.), la
participación de los habitantes en el desarrollo de actividades laborales
dignas que le permitan proveerse de recursos necesarios para disfrutar de salud
física y mental (Programa Somos Capaces Massalin Particulares). En resumen, se
trata de verificar en las condiciones concretas de existencia de la gente su
interpretación de salud. Reconocer la naturaleza social de la salud y la
enfermedad.
-Salud
Comunitaria como estrategia de atención de la salud, desde el
Estado: desde esta perspectiva la salud comunitaria tiene como
características principales:
-
la participación de la población en las acciones organizadas,
-
la intervención extramuros de los funcionarios de salud.
El objetivo es prevenir problemas de salud, promoverla
y restaurarla. Movilizando recursos humanos y materiales de las poblaciones,
redundando en economía para el Estado. A esto se suma el argumento de la apatía política de
grupos sociales a quienes el sistema excluye sistemáticamente, y el agotamiento
de rutinas de participación colectiva tradicionales. En síntesis, la
participación se da en la realización de acciones marcada por un carácter
utilitario de parte de la institución promotora.
Es una estrategia que se ve afectada por presiones
financieras internas del gobierno de turno. A esto se suma que los funcionarios,
con frecuencia, ofrecen resistencia a las demandas de salud comunitaria porque
implica, cambios de horario, de rutina de trabajo y costumbres. Acentuada por
una insuficiente capacitación. Rivalidad entre instituciones que limita el uso
racional de los recursos. Así la salud
comunitaria se convierte en un satisfactor singular de poco alcance.
-La Salud
Comunitaria como estrategia de atención de iniciativa popular: desde esta
perspectiva se considera a la participación con sinónimo de toma de decisiones.
Esta estrategia requiere de dos condiciones: hacia la transformación
en la conciencia de las personas y la reducción en las desigualdades
económico-sociales. El proceso participativo no puede considerarse desde la
mirada romántica de creer que la simple convocatoria será generadora de una
respuesta objetiva y duradera en torna a problemas de salud.
-Nosotros le agregamos la salud comunitaria
desde la perspectiva intercultural al conjunto de acciones en
salud comunitaria, partiendo desde sus dispositivos de cooperación natural,
existentes y que vienen siendo ancestralmente. Haciendo pie en esos
dispositivos en movimiento articulándonos con sus prácticas culturales, su
saber cotidiano, con su visión del mundo, confluir desde la
diversidad y construir dispositivos equivalentes a los problemas. La
salud como una construcción social, desde prácticas colaborativas ente el saber
popular y el saber académico.
7. El Equipo Intercultural en Salud Comunitaria
Luego de este recorrido conceptual, llegamos a nuestra
construcción conceptual sobre lo que entendemos por Equipo
Intercultural en Salud Comunitaria. Para nosotros se trata de:
Un
conjunto de personas con capacidades operativas, que se reconocen sujetos
culturales y respetan la diversidad cultural que habitan. Desarrollan
acciones conjuntas en la cultura de la vida cotidiana, de cara a la
construcción de entornos saludables[8],
articulando estratégicamente el saber cotidiano con el saber académico en
dispositivos de trabajo colaborativo y desde relaciones heterárquicas,
buscando:
a) cobertura y acceso a los
servicios de salud, atención a la enfermedad, satisfacción de sus necesidades
básicas y
b) el ejercicio de derecho
a otras aspiraciones que todo ser humano y grupo desea poseer (vivienda,
alimentación, trabajo remunerado, etc.) y acceder a otros componentes de la
salud, (derechos humanos, la paz, la justicia, las opciones de vida digna, la
calidad de esa vida, la posibilidad de crear, de innovar, de sentir placer,
acceso al arte y la cultura, etc.
c) fortalecer sus
capacidades biopsicosociales y ser protagonistas de transformaciones personales
y sociales.
El trabajo individual y colectivo de los miembros del
equipo, se realiza con un espíritu de complementación,
mediante una adecuada coordinación y articulación de tareas, un
clima de respeto y confianza mutua, altamente satisfactorio.
8. Palabras finales
Nuestro trabajo desde los equipos
interculturales no es la panacea, tampoco es excluyente de otras
formas de actuación e investigación, ni la única metodología de
intervención social con una perspectiva colaborativa alternativa, como se diría
hoy con una palabra en desuso.
Sostenemos que esta metodología, desde equipos
interculturales, con la modalidad (investigación-acción protagonista) en su
aplicación en el área micro social y en la vida cotidiana de
sectores populares - barriales – comunitarios o locales como llaman
ahora, se constituye en un dispositivo de trabajo al servicio de la promoción
del desarrollo y la liberación.
Nos consideramos trabajadores del Área de lo social y
cultural, con la posibilidad de construir conocimientos desde
nuestras prácticas, desde los dispositivos equivalentes con los problemas que
trabajamos colaborativamente junto a la gente, trabajo a escala humana y
microsocial (del uno a uno, diría Bertucelli). Elegimos el compromiso de
trabajar con la gente especialmente con los más necesitados, ello exige ser
prudente para no caer en mitificaciones y sacralizaciones, por más
énfasis y pasión que pongamos en nuestro trabajo. Cada día en el barrio,
encontramos nuevas pistas extremadamente ricas y otras por mejorar, otras por
descubrir.
Militamos con nuestro trabajo en las bases, insertos y
formando parte del pueblo que sufre, que resiste, que ríe, que llora., que
lucha cada día de sus vidas, pueblo que elige feriados para progresar sin
descansar
Agradecemos la posibilidad de presentar nuestro
trabajo a la Universidad Mayor San Simón, por nosotros y la gente que nos permite
trabajar, que hace posible que seamos trabajadores en lo
comunitario. Seguramente no somos los únicos que trabajamos desde esta
perspectiva, a lo largo de nuestra geografía provincial tan diversa y rica, una
realidad tan dulce y tan cruel a la vez. También por ellos
agradecemos, que hacen su trabajo silencioso y no por eso menos
importante
Desde las comunidades donde trabajamos por la
microutopÍa de construir una sociedad justa, experimentando en nosotros las
heridas de los derechos lesionados, de las injusticias sufridas, y también de
la solidaridad compartida, les decimos Muchas Gracias.
Cochabamba, Setiembre, 2008. Bolivia.
Los autores
*Alarcón Mirtha Andrea. Lic. en
Psicología. Universidad Nacional de Córdoba. Docente de la Facultad de
Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy. Integrante
del Equipo de Investigación Cátedra de Psicología Social. Maestranda de
Maestría de Psicología Social, Universidad Nacional de Tucumán (2008-2010)
**
Mamaní Víctor Hugo. Trabajador Social. Diplomado Universitario en
Administración de Programas Sociales. Universidad de Antofagasta. Chile.
Socioterapeuta en Toxicodependencia Sedronar/CEIS. Roma. Italia. Investigador
Pyto Udelac. FHCS. Universidad Nacional de Jujuy. Formación de Posgrado en
Dinámica de Grupos. Secretaría de Posgrado. Universidad Nacional de Tucumán.
Maestrando de la Universidad Nacional de Entre Ríos. (U.N.E.R) Facultad de
Trabajo Social. Maestría en Trabajo Social (Cohorte 2005-2007). Autor de “La
cárcel, instrumento de un sistema falaz”.(2005) Lumen Humánitas, “En
redando salud y calidad de vida” (2008) Lumen Humánitas.
Sistematizador con Mgs. Raúl Llobeta de “Recuperando la
Salud” Lumen Humánitas (2007). Consultor y Conferencista Independiente
en Areas de su especialidad.
BIBLIOGRAFIA
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PAKMAN “Construcciones de la experiencia humana. Paidòs
UNIVERSIDAD NACIONAL DE ENTRE RÍOS (2007) Seminarios
Internacionales sobre Trabajo Social. Paraná. Entre Ríos.
Argentina
[1] Ponencia presentada en V Jornadas de Salud de
Mental. Compromiso Social … el bastimento de proyectos hacia la
integración de las disciplinas. Colegio de Psicólogos de Jujuy. 22,23,
24 de Noviembre 2007. S.S. de Jujuy. Argentina.
[2] Para conocer en profundidad el proceso de
construcción del Equipo Intercultural recomendamos nuestros publicaciones “En-red-ando
salud y Calidad de Vida” (2006) en Imprenta Ed. Lumen Humanitas y “Cuando
el pueblo nos cambia” Experiencias interculturales en salud y
educación”. (2007) Inédito.
[3] Labor
propositiva, una exploración acerca de... labor inacabada, sujeta a
revisiones y ajustes provisorios, aunque no por eso menos riguroso. De Brasi
1986. “Elucidaciones sobre el ECRO”. Ed. Búsqueda. Bs. As.
[5] Lucca,Elena, (1995) “ La interdisciplinariedad
en el abordaje ecológico”, Resistencia, Argentina.
[6] El conjunto de capacidades biopsicosociales esta integrado por la
capacidad vital, la capacidad de goce, de comunicación, de creatividad, de
autocrítica, de crítica, de autonomía, de solidaridad, capacidades prospectivas
e integrativas. (Gaggero –Centurión. 2004). En Taller de Sensibilización en
Centro de Rehabilitación Dr.Vicente Arroyabe. Perico. Jujuy. Argentina.
[7] Celats. (1991) “Salud
Comunitaria y Promoción del Desarrollo”. Programa de Formación Profesional.
Lima Perú. Pág.71.
[8] El concepto de “entorno saludable” y su definición
operativa está aún en proceso de construcción, pero puede decirse que involucra
grupos poblacionales en espacios específicos transitando hacia la conquista de
la equidad en salud. “Los espacios saludables son escenarios locales
donde comparativamente, las condiciones de vida y el estado de salud son mas
favorables en términos de oportunidades para el desarrollo individual y
colectivo de los diversos grupos que integran la sociedad”. Los entornos
pueden ser físicos, sociales, ambientales, culturales,
institucionales y últimamente virtuales. RESTREPO – MALAGA (2001) “
Promoción de la Salud. Cómo construir entornos saludables”.
Ed.Médica. Panamericana. Bogotá Colombia Pág.264.
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