martes, 27 de mayo de 2014

CONSTRUCCIONISMO Y TRABAJO SOCIAL

Construccionismo y Trabajo Social

-Profesor, el construccionismo social ¿es o no es un paradigma?
-No, no es un paradigma.

Mg.Víctor Hugo Mamaní
Introducción
Siguiendo esta saga de preguntas y respuestas generado por estudiantes, ingresa a la esfera existencial de este proceso, la pregunta sobre el Construccionismo Social. Si bien, elaboré algunos escritos basados en el texto Pensar el Trabajo Social (1998-2005) de Natalio Kisnerman, creo oportuno volver a mis lecturas y escritos, a la bibliografía especializada cuya existencia es multiversa y abundante en el mundo. Con el estilo conversacional que venimos sosteniendo, en esta noche fría y lluviosa de Mayo apelo a una entrevista imaginaria, donde inserto preguntas que surgieron en nuestras clases.
Estudiante: Profesor, el Construccionismo Social ¿es  o no un paradigma?
VHM: Uds. formulan una pregunta propia de la ciencia clásica o tradicional, ¿es o no es? y esperan la respuesta-descubrimiento de aquello que sería verdadero y cierto. De ese modo producirían un conocimiento basado en un procedimiento positivista. Buscan en mi respuesta el equivalente a “la verdad” o “lo real”. Detecto en la pregunta una trampa, donde si yo respondiera por SI ES o NO ES, quedaría entrampado a la perspectiva positivista dual-binaria de la pregunta y estaría cayendo en una forma de reduccionismo, cerraría otras posibilidades de nombrar, describir y comprender el Construccionismo Social. Por otro lado considero que si utilizo la denominación de “paradigma” estaría congelando al construccionismo como si fuera un modelo acabado, un macizo continente conceptual y entonces el construccionismo como proceso dinámico de deconstrucción-construcción-reconstrucción no tendría sentido, no sería construccionismo. Tomando un argumento de Habermas digo que una vez que nuestras formas de conocer se reducen a un método, a una verdad, a lo que algunos llaman “paradigma” perdemos de vista aquello que intentamos conocer. Así que le propongo un punto de partida diferente un modo que nos permita ampliar nuestra  descripción y comprensión con cierto nivel de apertura. Sin ese esfuerzo resulta difícil aprender y para ello, hay que leer bastante.
Estudiantes: ¿Cuál sería el punto de partida que propone?
VHM: Podríamos comenzar por trazar las condiciones históricas que presidieran a su constitución, vinculándolas a la crisis de la Psicología Social y a las causas epistemológicas políticas, históricas y sociales que la favorecieron y la propiciaron. Nos cuenta Tomás Ibáñez (2003, p.156) que a lo largo de éstos últimos años la orientación Socioconstruccionista se ha afianzado de manera muy notable en el seno de la Psicología Social. Muestra de ello  el volumen considerable ya alcanzado por las publicaciones generadas en el mundo desde esta orientación o el importante número de investigadores/as que se reclaman de ella, en distintos países. Y coincido con este autor, cuando expresa que nadie en la Psicología Social en particular y en las Ciencias Sociales en general, puede pasar por alto su existencia, no queda otra alternativa que estudiarla y conocerla, aunque sea para proclamar responsablemente que conviene ignorarla. Afirmar lo contrario sin estudiarla sería a mi modo de ver, una irresponsabilidad profesional.
Estudiantes: ¿Cuál sería- brevemente-  su emergencia histórica?
VHM: Una breve ubicación histórica nos permite establecer que se origina o emerge de los cambios que se produjeron en el contexto de la Filosofía y la Sociología de la Ciencia durante los años 70 y 80 del siglo pasado. Nace en la Psicología Social como una de las concepciones posmodernas que critican las prácticas y métodos de la concepción neopositivista de la ciencia y rechazan esta concepción como un saber privilegiado. Se trata de una crítica a la noción explicativa, objetivista y causalista del conocimiento, a la noción acumulativa y el progreso científico, dando lugar a una perspectiva relativista, que propicia la comprensión de nuestras narrativas, nuestras relaciones y el análisis del discurso (Cañón Ortíz, 2005, p.239) Se produce un debate epistemológico que sostienen desde polos opuestos, autores que suscriben al Relativismo (Psicología Social Crítica-Construccionismo Social, Psicología Social Discursiva) perspectiva que ha crecido sostenidamente durante las dos últimas décadas en el campo de la Psicología Social y la Sociología y autores que adhieren al Realismo (Psicología Experimental) (Gosende, 2001, p.104) Bruner (1991) establece que se genera el debate pues las Ciencias Sociales se alejan de la postura positivista, acercándose  a una postura más interpretativa. El significado pasó a ser el elemento central.
Por otro lado Ibañez (2003, p.156) propone un balance con una mirada histórica  y considera útil recordar brevemente cómo y por qué se fue construyendo esta orientación. Afirma que sus antecedentes más directos se hallan en el fuerte cuestionamiento interno al que fue sometida la Psicología Social hacia finales de los años 60 y principios de los 70, en el período de la llamada “crisis de la Psicología Social”. En este período se realiza un cuestionamiento epistemológico donde se critica la asunción acrítica de los postulados positivistas y neopositivistas. Por otro lado se cuestionó la nula implicación social y la escasa utilidad práctica de las aportaciones realizadas desde esta modalidad de investigación psico-sociológica. El cuestionamiento epistemológico se nutría del espectacular quiebre del positivismo lógico y tomaba aportes de la Filosofía Analítica de Oxford, inspiradas en las investigaciones filosóficas de Wittgenstein. El cuestionamiento político conectaba muy directamente con el clima contestatario que se había extendido por numerosos campus universitarios, así como una agitación social que encontraba en la juventud uno de sus principales protagonistas y con el inicio de una profunda recomposición de los movimientos sociales (Ibáñez, 2003, idem)
Estudiante: En un video de una conferencia de Kenneth Gergen que Ud., subió a la red social pudimos observar que él nombra a Kuhn, Wittgenstein, a Foucault y Derrida, ¿Qué papel tuvieron ellos?
VHM: Si bien hablamos de los 60 y 70, recién en los 80 se consolida una propuesta más elaborada llamada Construccionismo Social. El papel desempeñado por Kenneth Gergen  en la formulación de estas propuestas es, a todas luces crucial. Como expresa Robert B Faux (2007) existen pocos académicos tan productivos y elocuentes en su defensa  del construccionismo como Kenneth J. Gergen. A través de su sobresaliente carrera, Gergen ha explicado y defendido al Construccionismo en contra de aquellos otros académicos que ven el método de las ciencias positivistas como los únicos métodos dignos de ser usados por los científicos sociales. Como construccionista, Gergen distingue lo que él llama la fase reconstructiva del saber. El construccionismo comienza con un enorme escepticismo, una crítica nacida en varios círculos contrastantes, incluyendo los estudios sociales de la ciencia, los estudios literarios y retóricos, los estudios culturales. Estas críticas remueven los cimientos del progreso en el conocimiento empírico (positivista) como es el caso de Kuhn; estas críticas también minan el concepto de racionalidad (como en Derrida) y destruyen el supuesto del “conocimiento libre de ideología” (como es el caso de Foucault). Y también verán que en esa conferencia, Gergen hace alusión  a que Wittgenstein, quien pone en crisis al lenguaje como representación de la realidad, proponiendo sus juegos del lenguaje. Vemos entonces que emerge una crítica ideológica, una crítica literario-retórica, una crítica social, proponiendo un conocimiento como posesión comunitaria, no individual (Gergen, 1996 p.139-160)
Estudiante: ¿Podría hablarnos de estos autores y el aporte que hizo cada uno de ellos? Brevemente claro.
VHM: Comencemos por Thomas Kuhn. Una de las aspiraciones destacadas de los filósofos modernistas de la ciencia era establecer los fundamentos racionales del conocimiento. Se desarrollaron reglas del proceder científico tales que todas las disciplinas pudieran proceder a instituir, con más eficiencia, un saber objetivamente estructurado de sus respectivas materias. A inicios de los 60 un físico llamado Werner Heinsenberg, concluyó en sus estudios; que no existe unidad básica de materia que pueda ser observada con independencia de quienes efectúan la observación, es decir Sujeto y Objeto están inextricablemente ligados. Era tanta la adhesión a la racionalidad-objetividad en la ciencia en aquellos tiempos que se pasaron por alto las incómodas afirmaciones de Heinsenberg. A pesar de las indiferencias, de las resistencias, el interés por la perspectiva del observador, siguió en aumento. En 1962, Thomas Kuhn publica La estructura de las revoluciones científicas, en un tiempo y terreno de amplia receptividad a la crítica, y concluye que lo que se presenta como grandes avances científicos no puede atribuirse a un proceso como el de la explicación modernista de los procedimientos racionales. Más bien lo que sucede es que los científicos más importantes de una época se adhieren a una particular perspectiva del mundo (junto con las prácticas conexas) que Kuhn llamó “paradigmas”. Así transcurre la ciencia desde una instancia preparadigmática, una instancia de consolidación y ciencia normal, emerge una anomalía científica (nuevos hallazgos, nuevas perspectivas que no encajan con el paradigma reinante), y lo que denomina revolución científica o transición a un nuevo paradigma. La nueva teoría no puede ser comparada con la antigua en lo tocante a su verdad empírica: es otro modo de ver el mundo, que se conjuga con un ámbito de hechos diferentes. Kuhn decía entonces que tal vez debíamos abandonar o renunciar a la noción de que los cambios de paradigmas nos acercaban más a la verdad a los científicos. La postura de Kuhn gozó de amplia difusión, sus argumentos asestaron un golpe mortal al modernismo, sosteniendo que aquello que se tiene por hecho-objeto depende de la perspectiva de cada observador-investigador. (Gergen, 2010, pp.133-136)
Estudiante: de Ludwig Wittgenstein ¿qué nos podría decir?
VHM. En realidad si sigo las contribuciones de los intelectuales de la época, y el recorrido que hace Gergen  en su obra “El Yo Saturado. Dilemas de identidad en el mundo contemporáneo”(1992).  No puedo dejar de nombrar al sociólogo Harold Garfinkel de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) obra pionera que se centró en la Etnometodología, vale decir: las convenciones-acuerdos en materia de conversación que utilizaban las personas en su vida cotidiana para determinar lo que consideraban “el mundo fáctico”, “el mundo de los hechos”. Vemos pues como desde diferentes puntos y posiciones, crecen las sospechas sobre la verdad objetiva de la ciencia o de cualquier otro grupo de individuos que proclame que su lenguaje es verdad-ero. El Construccionismo Social también se nutrió en buena medida  de la espectacular quiebra del positivismo lógico, y también tomó algunos aportes de la incipiente filosofía analítica de Oxford inspirada en las investigaciones filosóficas de Ludwig Wittgenstein (Ibañez, 2003, p.156) quien en sus últimas obras propuso que “nuestras palabras no son descripciones o imágenes de lo que es la cuestión. Las palabras no son, planos de la realidad, sino que cobran significado a través de su uso en el intercambio social, en los juegos del lenguaje, de una cultura. Los escritos de Wittgenstein marcaron un rumbo y Richard Rorty, en 1979 presenta su obra La filosofía y el espejo de la naturaleza y lleva esta argumentación a sus últimas consecuencias lógicas sugiriendo que “la concepción de la mente como un espejo interior de la realidad externa es una metáfora en gran medida elaborada por los filósofos del siglo XVII y cuyo propósito fue defender la indagación filosófica contra las ciencias en aquel momento en auge”. Ante estas críticas, ya no es sostenible el supuesto de que las mentes de los individuos operan como espejos de la realidad externa (Gergen, 2010, pp.150-151)
La idea de que detrás de las palabras hay una mente singular es el fundamento del individualismo occidental, y puede remontarse a los siglos XVII y XVIII. Antes de esa época circulaban muchos escritos cuya paternidad nadie reclamaba. Aquí aparece Michel Foucault sugiriendo que el deseo de identificar a un “autor” fue en parte la consecuencia de que las autoridades buscaban individualizar a los responsables de los escritos políticos que les resultaban inconvenientes, incómodos, críticos. Foucault argumentaba “tal sutil y sugerente es el trabajo de la ciencia que nos volvemos cómplices en nuestro propio encadenamiento” Hasta aquí vamos llegando a compartir la idea de que es falaz que alguna disciplina sostenga que sus respectivos lenguajes son el vehículo de la verdad.
Estudiante: ¿Derrida? Leímos que puso en tela de juicio toda la historia de la filosofía occidental, ¿es así?
VHM. Por lo que leí, según Gergen el movimiento más poderoso fue el deconstruccionismo, de impulso en Francia y luego con difusión internacional. La fuente decisiva fue la obra del teórico francés Jacques Derrida, que emerge “como el más vanguardista de los vanguardistas. La conferencia que pronunció en la Universidad  Johns Hopkins en 1966 “la estructura el signo y el juego en discurso de las ciencias humanas” causó gran conmoción entre los académicos norteamericanos presentes. Su planteo hizo necesaria una revisión de muchos filósofos anteriores, y marcó el camino que habrían de seguir muchos pensadores a partir de entonces. La nueva cuerda que él pulsó no era muy armoniosa; se distinguió por sugerir una lectura subversiva de los textos autoritarios, así como de cualquier texto. Este tipo de lectura se conoció como desconstrucción, la cual desaloja al existencialismo y se puso en Francia de manera repentina. Derrida se transformó en el pensador del momento en el enfant terrible, el filósofo punk del intelectualismo francés. Derrida y su concepto de desconstrucción tomaron a EEUU por asalto, por sorpresa, poniendo patas arriba la cosmovisión occidental (Powel y Howel, 2001, p.8) Lo que si debemos tener en cuenta que Derrida partió de las teorías de Nietzsche, Freud, Heidegger y Sausurre, para formular sus reflexiones y “lecturas subversivas” de los textos de su época y anteriores. Así el alzamiento de tantas voces crea un ambiente en el que ya no se justifica ninguna pretensión de alcanzar la verdad objetiva. Queda así erosionada, la fe en el conocimiento objetivo de los individuos, de su mente. El pragmatismo de Rorty, el posestructuralismo representado por Roland Barthes, Derrida, Michel Foucault, la constitución del paradigma de la complejidad, el movimiento de los estudios de la  “discursividad”  contribuyeron a la agenda teórica inicialmente propuesta por el construccionismo social.
 Estudiantes: ¿Así se va configurando el Construccionismo?
VHM. Como dije dentro de la Psicología Social, se daba todo este movimiento crítico al positivismo, y muchos profesionales  de esta rama como de otras en las Ciencias Sociales se mostraron sensibles a una o varias de las mencionadas contribuciones contemporáneas, y adhirieron al Construccionismo Social. Este movimiento intelectual es Psicología, pero va más allá, constituyéndose como una epistemología que explora con una lente distinta la variedad del conocimiento psico y metapsicológico. (Ortiz, 2005, p. 238) Ibáñez (2003, p.158) en su balance de logros y aportes del construccionismo destaca entre ellos: “haber contribuido a tornar más permeables las fronteras disciplinarias, impulsando flujos de intercambio en la Sociología, la Antropología, La Filosofía o la Lingüística por ejemplo.
Estudiante: pero ¿Qué es el Construccionismo entonces?
VHM.   En medio de la crisis de las Ciencias Sociales y con gran acierto, Kenneth Gergen definió al Construccionismo Social como un movimiento, es decir como un conjunto de elementos teóricos en progresión, laxo, abierto y con contornos cambiantes e imprecisos, más que como una doctrina teórica fuertemente coherente y estabilizada. El acierto consistió en privilegiar la dimensión instituyente por encima de la dimensión instituida o su carácter de proceso, en desarrollo por encima de su carácter de producto más o menos acabado. Gergen invita a pensar este movimiento intelectual a través de la metáfora de un archipiélago más o menos disperso, en lugar de recurrir (como se acostumbra) a la metáfora de un macizo continente teórico (Ibáñez, 2003, p.157)
Por otro lado Alvaro (2003, p. 420) expresa “es una de las concepciones posmodernas de la psicología social. Comparte con otros enfoques, la crítica a las prácticas y métodos de la concepción  neopositivistas de la ciencia y el rechazo de ésta como saber privilegiado. Es una crítica  a la concepción representacionista del conocimiento que señala la existencia de una correspondencia entre nuestras ideas y los hechos externos. Rechaza igualmente una noción explicativa y causalista del conocimiento, junto con la noción de acumulatividad y progreso científico, dando paso a una perspectiva relativista que propicia la comprensión de las narrativas, las relaciones y el análisis del discurso”
Gosende (2001, p. 104) en su trabajo de tesis, al encarar el debate epistemológico entre realismo y relativismo, se refiere al Construccionismo Social como una perspectiva epistemológica y también en la página 106 habla de nuevo paradigma.
En una entrevista realizada en Morelia-Michoacan-México por  Cesar Cisneros (2007, p.66) a Kenneth Gergen, este último  refiere “para mi, el pensamiento construccionista es equivalente a una epistemología social, pero al mismo tiempo sirve como una anti-epistemología. Esto es, monta propuestas para indagar la génesis social de lo que damos por hecho, objetivo, real, valioso o raciona, y en ese sentido, podrías verlo como una epistemología social. Pero simultáneamente aplica este mismo escepticismo a sus propias afirmaciones. De este modo ofrece premisas sin fundamentos. De esta forma es una anti-epistemología. Esto es posible por lo siguiente; el construccionismo socava la mera idea de declaraciones de cualquier tipo acerca de la verdad de sí mismo. Para mí el construccionismo dice; reemplacemos las declaraciones acerca de la verdad con temas de resultados prácticos; no preguntes si una declaración es finalmente verdadera, sino ¿Qué pasa, para bien o para mal, si declaramos que esto es verdad?
Estudiante: Pero hay diferentes formas de hablar de Construccionismo entonces…
VHM: Es lo que busca generar el construccionismo, voces alternativas, diferentes formas de nombrar un fenómeno, así por ejemplo:
En un Texto de John Shotter (2001) en la presentación del texto “Realidades conversacionales” la línea editorial (Amorrortu)  habla de corriente, vean “Inscripto en la corriente del construccionismo social, este libro sostiene, en cambio que esas realidades se construyen socialmente y se mantienen en el marco de las actividades conversacionales desordenadas y cotidianas de la gente”.
También en un Texto compilado por  Dora Fried Schnitman (2008, p.49) el mismo Gergen refiere a perspectiva construccionista, en tanto que la compiladora se refiere al Construccionismo Social Sistémico y lo ubica en los nuevos paradigmas del conocimiento. Se expresa de la siguiente manera “Esta obra en dos volúmenes aborda la resolución de conflictos desde la perspectiva de los nuevos paradigmas y el construccionismo social sistémico. A modo de conversación interdisciplinaria sobre cuestiones conceptuales y pragmáticas, se ocupa del diálogo, la narrativa, la reflexividad, otras formas creativas de comunicación, y el desarrollo exponencial de los contextos en que estos enfoques encuentran aplicación”. “Los teóricos y profesionales que aplican el construccionismo social sistémico han contribuido de diversas maneras al nuevo paradigma”
En nuestra América Latina podemos citar algunos textos más actuales, por ejemplo a Nilsa Burgos Ortiz (2011, p.31) catedrática e investigadora de la Universidad de Puerto Rico, en su obra sobre Investigación Cualitativa en Trabajo Social presenta al Construccionismo Social como un posicionamiento epistemológico en investigación cualitativa, junto a las representaciones sociales, la semiología y la fenomenología, la teoría crítica.
La colega Rosa María Cifuentes Gil (2011, p.37), docente e investigadora de la Universidad de la Salle, Colombia,  en su texto de  Diseño de Proyectos de Investigación Cualitativa, desarrolla los enfoques de investigación, e incluye en sus desarrollo al Construccionismo Social, Complejidad, Ecología Social  y refiere a ellos como nuevos enfoques en investigación cualitativa. Adopta “enfoque” por considerarlo flexible, abarcador e integral, en coherencia con los procesos de conocimiento en ciencias sociales y humanas.
Angela  María Quintero Velázques (2007, p.38) de la Universidad de Antioquia-Medellín-Colombia, en su texto  Diccionario Especializado en Familia y Género, la colega  se refiere también al construccionismo social como un enfoque.
Más cercano a nosotros -a mí en todo caso- mí maestro en la profesión Natalio Kisnerman (1998-2005) a quien me unía una profunda amistad, se refería en su Pensar el Trabajo Social” al Construccionismo como paradigma y como Enfoque Epistemológico Transdisciplinario.
A fines del 2013, Ana Arias y otros profesionales, desde el Departamento de Publicaciones de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, publican el texto: “El proceso metodológico y los modelos de intervención profesional: La impronta de su direccionalidad instrumental y su revisión conceptual actual”  y expresan que desde el Trabajo Social ha sido Natalio Kisnerman quien ha adherido explícitamente a esta matriz epistemológica (Construccionismo)  y lo ha hecho en el último trayecto de su producción escrita. El autor basa su propuesta metodológica en lo que denomina “epistemología transdisciplinaria construccionista”, enfoque que desmitifica la objetividad, la verdad, la neutralidad ideológica y la apoliticidad y remite a los intercambios que se dan entre personas situadas histórica y culturalmente en una sociedad dada, en donde lo social precede a lo individual, el conocimiento es producto de los intercambios relacionales y la realidad no existe independiente del sujeto cognoscente.

Como verán, podemos estar así mucho tiempo citando profesionales y textos, que dan cuenta que el Construccionismo no puede ser ignorado en las Ciencias Sociales, usen la denominación que usen.

Estudiantes: ¿Cuáles son los supuestos o principios del Construccionismo Social?
VHM. En realidad Gergen escapa a la idea de enunciar “los principios del construccionismo son…” como también lo hacen autores de otras versiones del construccionismo pues consideran que al hacerlo lo congelarían y dejaría de ser construccionismo. No obstante ello, se coincide desde una afinidad colectiva que la concepción construccionista  acoge y contiene supuestos centrales.
-          Lo términos mediante los cuales describimos el mundo y a nosotros mismos no están dictados por los objetos hipotéticos de tales descripciones.
-          Los términos y formas mediante los cuales obtenemos la comprensión del mundo y de nosotros mismos son artefactos sociales, productos de intercambios histórica y culturalmente situados entre las personas.
-          La medida en la cual una descripción dada del mundo o de nosotros mismos  que se mantiene a través del tiempo, no depende de la validez empírica de la descripción, sino de vicisitudes del proceso social.
-          Como el lenguaje es un subproducto de la interacción, su principal significado se deriva del modo en que está inmerso dentro de patrones de relación.
-          Apreciar las formas existentes del discurso es evaluar patrones de vida cutural, cada evaluación da voz a un enclave cultural dado, y compartir apreciaciones facilita la integración del todo.
Seguramente analizar y explicar cada uno de ellos nos llevaría mucho tiempo, por ahora les  comparto las características que le atribuyen al Construccionismo Social  Cromby y Nightingale (1999) y que auxilian en la comprensión:
a)      La primacía de los procesos sociales. Nuestra experiencia del mundo y de las personas que en él encontramos, son primeramente y sobre todo el producto de procesos sociales. Nuestro conocimiento es fabricado en nuestras interacciones de la vida cotidiana. La reproducción y transformación de las estructuras de significado, convenciones, prácticas morales y discursivas es lo que principalmente constituye nuestras relaciones y nuestro sí mismo. Esto implica que el lenguaje es el soporte  fundamental de nuestras categorías analíticas y significados.
b)      La especificidad histórica y cultural. Como lo ha demostrado la Historia y la Antropología, los conceptos y las categorías, así como toda cosa que nosotros conocemos son históricas y culturalmente específicos. Más aún, lo que le interesa al Construccionismo es no solo mostrar las variaciones culturales e históricas sino hacer hincapié en que estas variaciones son productos originales de esas culturas o tiempos históricos, es decir que se entienden por las contingencias de cada momento y cada ámbito cultural.
c)       El conocimiento y la acción van juntos. Elaboramos  nuestras preguntas y enmarcamos las respuestas que obtenemos de maneras que están fundamental e íntimamente ligadas a nuestras actividades y propósitos.
d)      Una postura crítica.  Al entender que el conocimiento es relativo y que además emerge de la práctica social-relacional el Construccionismo toma una posición crítica frente al positivismo y al empirismo que admiten a la observación como fuente de conocimiento objetivo.

Estudiantes: La última pregunta, profesor. ¿Cuál es la diferencia entre el Constructivismo y el Construccionismo?
VHM.  Con respecto a ello, Kenneth Gergen y Mary Gergen (2011, p.10) realizan una diferenciación; “Los términos constructivismo y construccionismo a menudo se utilizan indistintamente. El constructivismo sitúa el lugar donde se origina la construcción del mundo: en la mente o interior del individuo. Aunque hay ciertos puntos en común entre este movimiento y el construccionismo social, en el presente trabajo nosotros usaremos exclusivamente éste último término para subrayar la importancia central que se da al papel no de los individuos, sino de las relaciones”
Natalio Kisnerman (1998, pp.122-123) realiza un breve recorrido por las aportaciones contructivistas desde  Giambatistta Vico (1668-1744), cita al constructivismo radical, que rompe con las convenciones y desarrolla una teoría del conocimiento en la cual éste ya no se refiere a una realidad ontológica objetiva sino que refiere exclusivamente al mundo constituido de nuestras experiencias. Constructivismo y Construccionismo básicamente se diferencian en que uno es un enfoque individual, el primero y social el segundo. No son antagónicos, a menudo son intercambiables ya que mantienen relaciones intertextuales. Coinciden en considerar la naturaleza constructiva del conocimiento y en que la realidad no existe independientemente del sujeto cognoscente. El Construccionismo privilegia la construcción compartida y continua del significado, la realidad es un fenómeno intersubjetivo que se da en el mundo de la vida.
Estudiantes: ¿Y la relación con el Trabajo Social?
VHM. Si bien el constructivismo tuvo un acierto de sustituir el dualismo sujeto-objeto por una forma de monismo cognitivo- continúa Kisnerman- a nosotros como Trabajadores Sociales nos interesa el Construccionismo Social porque remite a los intercambios que se dan entre personas situadas histórica y culturalmente en una sociedad dada. De este modo las emociones, las intenciones, la memoria, el pensamiento, las acciones y los conocimientos, las situaciones y hechos sociales, etc., son construcciones sociales nunca individuales, porque lo social precede a lo individual. El conocimiento no es el producto de la mente individual sino de intercambios relacionales. En ellos las descripciones y las explicaciones, las palabras y las acciones adquieren significación. Las significaciones  se co-construyen entre actores y trabajador social en un contexto social. Por eso la preocupación por la verdad  es sustituida por la inteligibilidad, la utilización social y el valor humano. Y el NO SABER, del profesional se traslada a un SABER CON OTROS. El desafío entonces para los Trabajadores Sociales Construccionistas es  construir realidades relacionales, nuevas inteligibilidades lingüísticas y prácticas sociales colaborativas, de modo que ofrezcan una nueva “potencialidad a la vida cultural”. Para ello Kisnerman propone un abordaje metodológico mediante procesos de deconstrucción-construcción-reconstrucción, al que nosotros, desde nuestra experiencia situada, incorporamos a dichos procesos, la inserción, la evaluación y la sistematización. Pero el proceso metodológico que proponemos, será motivo de otro encuentro conversacional.  Dejamos Aquí. Gracias.

BIBLIOGRAFIA CITADA
KISNERMAN, Natalio (1998) Pensar el Trabajo Social. Una introducción desde el construccionismo. Bs.As. Lumen Humanitas.
IBÁÑEZ, Tomás (2003) La construcción social del socioconstruccionismo: retrospectiva y perspectivas. En Política y Sociedad. Universidad Autónoma de Barcelona. Vol.40.Núm.1
CAÑÓN ORTÍZ,  Oscar E. y Otros  (2005) Reflexiones sobre el socioconstruccionismo en Psicología. Universidad Santo Tomás. Bogotá.
GOSENDE, Eduardo (2001) Entre Construccionismo Social y Realismo ¿Atrapados sin salida?  Serie Subjetividad y procesos cognitivos. UCES
FAUX, Robert (2007) Introducción,  en Los rostros deconstructivo y reconstructivo de la construcción social. Conversación de Kenneth Gergen con César A.Cisneros Puebla. Art.20,www:http://nbn-resolving.de/urn:nbn:de:0114-fqs0801204.
GERGEN, Kenneth (1996) La construcción social: emergencia y potencial. En PAKMAN, Marcelo. Construcciones de la Experiencia Humana. Volumen I, España, Gedisa.
GERGEN, Kenneth (1996) Realidades y Relaciones. Aproximaciones a la construcción social. Barcelona, Paidós.
GERGEN, Kenneth (2010) El yo saturado. Dilemas de indentidad en el mundo contemporáneo. Madrid, Paidós.
GERGEN, Kenneth y GERGEN, Mary (2011) Reflexiones sobre la construcción social.
POWEL, Jim y HOWEL,Van (1997) Derrida para Principiantes. Buenos Aires, Era Naciente.SRL
ALVARO, J.L (2003) Psicología Social. Madrid. McGraw-Hill
SHOTTER, John (2001) Realidades Conversacionales. La construcción de la vida a través del lenguaje.  Bs.As. Amorrortu.
FRIED SCHNITMAN, Dora (2008) Nuevos paradigmas en la resolución de conflictos. Perspectivas y prácticas. Bs.As. Granica.
BURGOS ORTIZ, Nilsa M. (2011) Investigación Cualitativa. Miradas desde el Trabajo Social. Bs.As. Espacio.
CIFUENTES GIL, Rosa María (2011) Diseño de Proyectos de Investigación Cualitativa. Bs.As. Noveduc.
QUINTERO VELÁSQUEZ, Ángela María (2007) Diccionario especializado en familia y género. Bs.As. Lumen Humanitas.

ARIAS, Ana y Otros (2013) El proceso metodológico y los modelos de intervención profesional: La impronta de su direccionalidad instrumental y su revisión conceptual actual” Departamento de Publicaciones de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. 

domingo, 11 de mayo de 2014

EL CAMPO EN EL CUADERNO.

“EL CAMPO EN EL CUADERNO”
Reflexiones sobre los registros de campo

VÍCTOR HUGO MAMANÍ




Introducción
Por suerte comparto aula con estudiantes “preguntones” que me ponen en continua situación de aprendizaje, y me recuerdan  a mi maestro Natalio Kisnerman (1999; p.8) reflexionando que el conocimiento comienza en la pregunta, y hacer buenas preguntas es una tarea compleja, sobre todo preguntas que abran posibilidades, y que no cierre caminos con una lapidaria respuesta. Elegí este estilo conversacional si se acepta, para comunicarme con los estudiantes que en una ronda de mates compartidos, dejaron escapar preguntas que surgen de las inquietudes que produce toda práctica pre-profesional o profesional. Solo tome- para no ser tedioso- las preguntas que a mi criterio son significativas para entrar en tema. Profundizarlo, seguramente  nos puede llevar litros de mates y horas de conversaciones, con libros en la mesa para consultar, leer  y señalar. Eso sí, con mucho placer y sentido del humor. No hay aprendizaje sin sentido del humor. Veamos…
Estudiantes: Profesor ¿qué es el cuaderno de campo?
VHM: Antes de entrar de lleno a mi concepción del cuaderno de campo, quiero dejar claro que hablo desde la experiencia de haber utilizado cuadernos de registros en diferentes campos (salud, educación, penitenciarías, trabajo grupal y comunitario) a lo largo de casi 25 años de ejercicio profesional. No se trata de una ocurrencia o un espasmo, por ser docente. Registros que al ser sistematizados en informes profesionales, dieron lugar a publicaciones-textos sobre trabajos realizados, en dos de las editoriales más importantes en Trabajo Social Latinoamericano (Espacio y Lumen Humanitas) Al escribir este juego de preguntas y respuestas,  me viene a la mente una reflexión de Michel Foucault,  me “… interesa escribir sólo en la medida en que lo que escribo se incorpore a la realidad de una lucha, a título de instrumento, de táctica…”  caso contrario se tratará de un escrito más, un dato curricular que alimenta un pobre ego profesional.
En mis inicios profesionales, adopté muchas veces sin saberlo un estilo de trabajo de campo: el etnográfico. Repito, sin conocer absolutamente nada de dicho género, o de dicha forma de trabajo intelectual como la llama Rosana Guber (2011, p.12) que no se regodea en artilugios retóricos ni en el último grito del autor francés de moda, sino que descansa (yo prefiero decir: resurge desde) en la propia experiencia y hace de las dificultades de conocimiento del prójimo, el monumento mismo de la elaboración de la experiencia intelectual. Me fui haciendo en este estilo, desde mis registros de observaciones y crónicas grupales con adolescentes con problemas de consumo de drogas en la Comunidad Terapéutica El Arca-Colonia Gutiérrez (Bs.As) también de los registros en sus Carpetas Familiares. En penitenciaria, durante casi 17 años, los registros resultaron ser de gran importancia en cuadernos de novedades donde se narra el acontecer de los servicios de seguridad interna y externa, teniendo en cuenta los incidentes reveladores como lo llaman los antropólogos. Desde el año 2003, mis registros de campo en salud y  educación comunitaria, resultaron ser un camino interesante-al menos para mí- para producir conocimiento social. Por supuesto que hablo de un conocimiento construido- siempre- desde mis marcos de interpretación y siempre in situ. Intentaré hablarles desde este lugar.
Estudiantes: Si profesor, nos queda claro desde donde nos hablará
VHM: Voy a referirme  en primer lugar a lo que entiendo por “campo” o “terreno”, sea institucional o comunitario, resulta ser un campo relacional y una red de significaciones que se despliegan en condiciones concretas de existencia, un sistema relacional en movimiento, con tiempos y ritmos propios donde circulan conversaciones (palabras, significados, interpretaciones) Tiempo y espacio donde se construyen realidades socioculturales. Describir y establecer relaciones en el campo y registrar esa experiencia, compromete -sin duda alguna- la dimensión subjetiva. No me parece que haya que negar nuestra presencia en determinado campo relacional, vamos con todo lo que somos, como sujetos culturales que vivimos y construimos cultura. Y todo ese movimiento relacional genera en cada uno de nosotros interpretaciones, activa prejuicios, desestabiliza “matrices epistémicas”, pone en juego visiones del mundo. En algunos casos produce angustias, crisis, caos. Todo esto que les comento me sucedió en mis diferentes experiencias. Muchas de ellas quedaron plasmadas en mis registros otras por cuestiones situacionales quedaron solo en anécdotas y recuerdos.
Estudiantes: Ahí aparece el cuaderno de campo…
VHM. Claro, y así el cuaderno de campo o diario de campo lo presento como un recurso importante en la producción de conocimiento social. Muchos autores lo presentan como técnica de registro muy utilizada en las investigaciones cualitativas en ciencias sociales (Frizzo, 2008, p.165). Rosa María Cifuentes Gil (2011, p.90-100) concibe al diario de campo como una estrategia de registro, evaluación y sistematización del trabajo para rastrear la cotidianidad de la práctica, explicitar el conocimiento que desde ella se puede construir enriqueciendo o cualificando la acción profesional. El diario permite registrar observaciones, entrevistas, grupos focales, procesos de construcción de cartografía social; es decir cualquier forma de recolección de información”  En el cuaderno o diario de campo, registramos día a día los acontecimientos relevantes (al menos para nosotros y desde nuestros criterios, pues lo que es relevante para unos, no lo es para otros) y la información que va surgiendo del trabajo en terreno, vamos construyendo bases para formular conceptualizaciones, explicaciones y enriquecer la misma práctica. Como les decía, anotamos las experiencias personales, describimos a los pobladores o actores, caracterizamos contextos, narramos vivencias, pensamientos, alegrías y tristezas. Describimos situaciones, que pueden ser analizadas en equipo para ratificar o rectificar cursos de acción, o simplemente reflexionar y superar situaciones ansiógenas, producto del trabajo en el campo. Eso si, como refiere Rockwell, Elsie (2009, p. 30) “la experiencia de campo y el trabajo analítico deben cambiar la conciencia del investigador y modificar su manera de mirar los procesos educativos y sociales.”
Estudiantes: usted usa mucho la palabra “descripción-descriptivo- reflexionar”
VHM. Si porque cuando nos insertamos en una cultura, cuando entramos a vivenciar lo cotidiano de una institución o una comunidad o barrio con la  pretensión de conocer, en la observación participante por ejemplo, las notas son de tipos descriptivos y de tipo reflexivos. Descriptivos ya lo dije cuando caracterizamos actores, situaciones y contextos. Reflexivos, cuando re-pensamos (usando palabras de Natalio Kisnerman) nuestras ideas iniciales y las actuales, nuestros pensamientos, nuestros puntos de vista. Cuando ponemos en tensión  nuestras matrices epistemológicas, cuando la duda y la incertidumbre nos invade. Ambos registros son importantes en la construcción de pensamiento científico. (Frizzo, 2008, p.166). Un registro no es una recopilación de información que quedara relegada hasta finalizar el trabajo de campo, sino que es insumo para la reflexividad del proceso en terreno, donde se resignifica todo lo que realizamos en el trabajo en terreno, en la práctica profesional. Quisiera agregar que  también el cuaderno de campo- en el caso de ustedes como practicantes- puede utilizarse como una estrategia  didáctico-pedagógica. En el campo educativo, el diario de campo es una práctica cotidiana en algunas disciplinas teóricos-prácticas. Alguna vez leí en revistas educativas, que la definen como una estrategia de auto-reflexión que resulta útil tanto a docentes como estudiantes, donde como dije en clase uno plasma parte de la vida profesional o de practicante en determinado campo relacional. Anotamos, altibajos, éxitos, logros y fracasos, encuentros y desencuentros, etc. que hacen  a la dialéctica del proceso de práctica. He tenido pasantes en los proyectos comunitarios que he coordinado y  me desempeñé como co-visor de profesionales (fonoaudiólogos, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales, educadores) y estudiantes residentes en dichos proyectos durante casi 12 años y el cuaderno de campo nos abrió la posibilidad de enriquecernos, reflexionando juntos la calidad de nuestros procesos de aprendizaje y metodológicos desplegados en el campo.
Estudiantes: ¿Cuánto de la experiencia personal se registra? Sin caer en que nos digan muy subjetivo?
VHM. A ver, cuando decido llevar un cuaderno de campo, de manera seria y responsable, se transforma en mi cuaderno de campo, y cuando digo MI CUADERNO  DE CAMPO, estoy comprometido hasta “las patas” desde la razón hasta el corazón con mis registros y con esa trama relacional donde me inserto. Por lo tanto yo afirmo que el cuaderno es esencialmente una trama de registros subjetivos, donde podemos objetivar algunos acontecimientos, tarea nada fácil. ¿Y cuanto registrar? registrar lo que “el cuero” nos permita, lo que se pueda, lo que se crea pertinente, necesario. No es fácil exponerse en nuestros registros, sobre todo si nos compromete, por eso cuestiono los registros en tercera persona: “el alumno llega… el docente dice… el practicante opina…”, todos registros impersonales sin compromiso, sin presencia plena.  Si bien en el ámbito académico puede ser un requisito formal, en el campo la cosa cambia. Esa forma de escribir te posiciona distante del sistema relacional, le escapa al compromiso, lo evade. Te ubica por fuera, casi como sostenía la ciencia tradicional en la ilusión de “una distancia instrumental que te permita total objetividad”, y se aumenta la brecha relacional existente entre los equipos y el pueblo diciendo “ellos y nosotros”. Por ello en mis experiencias de co-visión de procesos comunitarios los profesionales y estudiantes, son motivados a escribir en primera persona: “yo digo, veo diferencias, me siento evaluado, pienso que no me quieren, hago lo que no deseo, quiero hacer otra cosa o no quiero realizar tal actividad, tengo miedo e inseguridad, puedo hacerlo mejor, temo el rechazo” son motivados a habitar sus escritos, residir en ellos, comprometerse con la propia palabra escrita. Por supuesto que yo también lo hago, trato de que aprendamos juntos, nos comprometemos juntos, caso contrario sucedería lo que dice Kisnerman “… un gran  divorcio entre lo que profesamos en las aulas y lo que hacemos en la práctica”
Estudiantes: ¿Qué formato  utiliza para elaborar su cuaderno de campo?
VHM. ¿Formato? Me suena a palabra lapidaria de la creatividad, de la espontaneidad, me suena a clausura. En los equipos que coordiné cada profesional inauguró y construyó su cuaderno de campo  según sus preferencias, teniendo en claro los registros descriptivos y reflexivos como ejes ordenadores, pero  dejaban fluir la creatividad de cada profesional, y utilizaban, dibujos, stikers, esquemas, algunos anexaron fotografía, mapas, volantes, etc. Una vez me compartieron un cuaderno de campo con una hoja de una cartilla de perfumes, pegada y donde me explicaron estaban los nombres de una red de vecinas que “siempre encargan perfumes y productos a la Karina, la  Sra. que atendemos. La aprecian mucho”.   Cuadernos típicos de campo, como les dije en una clase, cuadernos con adornos y ribetes involuntarios: mayonesa de almuerzos “chatarra” en una plaza, aceite de cocina mientras conversamos con una ama de casa mientras cocinaba, yerba mate derramada en reuniones de equipo, humedad por las lluvias mientras se caminaba el campo, etc. Disfrute y aprendí  con cuadernos muy desprolijos y otros no tanto. Si desean  conocer las formas de registro que utilizo con frecuencia son aquellas en las que describo “objetivamente”  personas, actividades, contextos, tiempos, espacios (notas en y de terreno) y otras notas marginales donde expreso emociones, sentimientos (notas mías) En algunos casos también realice  registros si quieren ponerle un nombre: notas conceptuales donde integré algo de mi esquema conceptual, a los acontecimientos que describía. También escribo notas sobre el proceso metodológico que despliego en el campo (notas metodológicas) De todos modos si como practicantes les sirve, la colega Cifuentes Gil (2011, pp.93-98) les brinda algunos componentes ordenados para llevar un cuaderno de campo, donde incluye: Encabezamiento, Registro General, Registros Específicos, Análisis, Trabajo en Equipo, Transformación de la Práctica.  Independientemente del formato elegido, lo importante del cuaderno de campo es que sea una estrategia dinámica de registro que incorpore la subjetividad-objetividad del investigador y que refleje el proceso práctica y de construcción de conocimiento.
Estudiantes: Le gustaría agregar algo más sobre el tema?
VHM. Les acercaré unos registros propios y de colegas, que fueron extraídos de cuadernos de campos de nuestras experiencias de trabajo, para que anexen a este escrito, por si les sirve. Y como palabras finales que buscan abrir nuevos senderos en las prácticas del Trabajador Social, en palabras de Rosana Guber considero que el uso del cuaderno de campo debe ser coherente con la “actitud de animarse a abandonar la comodidad de una oficina, de un aula, y meter los pies en el barro del terreno a fin de entender cómo vive, piensa, siente y cree un grupo humano. Para lograrlo el etnógrafo deberá comparecer en persona ante los miembros de ese grupo y sostener un contacto prolongado con ellos, conversando y compartiendo actividades sociales tan variadas como cocinar, bailar o jugar al futbol, siempre que sus condiciones de género, edad, grupo étnico y competencia general lo hagan admisible. ¿El secreto? Mantener un delicado equilibrio entre observar y participar. Y gracias por permitirme un tiempo para re-aprender sobre el cuaderno de campo, recurso compañero, colaborador incansable en muchas de mis prácticas profesionales. Gracias.

Bibliografía
GUBER, Rosana (2011) La Etnografía, método, campo y reflexividad. Buenos Aires, Siglo XXI.
SAFORCADA, Enrique y CASTELLA SARRIERA, Jorge (2008) Enfoques Conceptuales y Técnicos en Psicología Comunitaria. Buenos Aires, Paidós.
CIFUENTES GIL, Rosa María (2011) Diseño de Proyectos de Investigación Cualitativa. Buenos Aires. Noveduc.
ROCKWELL, Elsie (2009) La experiencia Etnografica. Historia y Cultura en los procesos educativos.Buenos Aires. Siglo XXI.

BURGOS ORTIZ, Nilsa (2011) Investigación Cualitativa Miradas desde el Trabajo Social. Buenos Aires. Espacio

VICTOR HUGO MAMANI Mg. en Trabajo Social (UNER) Lic. en Trabajo Social (UNSE) En Santiago del Estero-Argentina